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Somos un grupo de personas, (dando voz a un selecto grupo) los cuales inspirados en los personajes más grandes de nuestra historia, vamos a externar opiniones de este presente que duele, pero que estamos seguros puede mejorar. El objetivo general lo dice el nombre de nuestro blog: CONSPIRAR. Pero será una conspiración del siglo XXI, una conspiración que no se geste en la oscuridad ni bajo el secreto necesario. Lejos de mantener nuestro trabajo oculto, estará visible ante todo el mundo, al alcance de un clic. Daremos un sentido positivo a nuestra conspiración, porque esa es la única manera de poder cambiar; proponer y no sólo quejarse. De ese objetivo general se irán desprendiendo varios objetivos específicos, entre los cuales el hilo conductor será un vigoroso amor a la historia.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Nuestros Historitraumas

Queridos, y cada vez más, lectores del Blog de los Conspiradores. Hoy don Benito nos asigna un tema harto interesante y a su vez necesario de analizar: Los traumas históricos de los mexicanos.

Voy a partir de la definición de trauma:

Trauma proviene de un concepto griego que significa “herida”. Se trata de una lesión física producida por un agente externo o de un choque emocional que genera un daño duradero en el inconsciente.

Obviamente nuestra historia está llena de “heridas”. Tan sólo el siglo XIX fue el siglo de las guerras, el siglo de una guerra santa que mutó en independentista, el siglo de la pérdida del territorio, el siglo de la humillación gringa del ’47, el siglo de los imperios fallidos, de los republicanos dictatoriales y de la eterna confrontación entre mexicanos versus mexicanos.

Y que podemos decir del siglo XX. Una “revolución” que no revolucionó nada y solo dejo por lo menos un millón de muertos, guerras cristeras, el asesinato de un presidente y su respectivo vicepresidente, la dictadura perfecta priísta, devaluaciones, crisis económicas, corrupción, una nula tradición deportiva ganadora y muy recientemente la Guerra contra el Narco.

Y si a todo esto le sumamos el gran trauma que nos inculcan en las escuelas de ser la raza conquistada por los españoles y por haber perdido el gran imperio Azteca, considero que la colección de “heridas” está completa (si me falta alguna con gusto pueden hacer uso de la sección de comentarios).

Ahora, sumado a un muy desarrollado culto al victimismo el cual trata de suplirse con un “viva México cabrones” o chistes ofensivos sobre gallegos o gringos, dichos traumas lejos de servir para hacer conciencia y despegar como nación, tal pareciera que nos atan a ese pasado traumático que nos aferramos a abrazar y del cual sólo rescatamos lo que nos conviene.

Entonces, ¿hablar de un pasado lleno de traumas es justificante de la presente mediocridad? ¿un pasado y presente de fracasos, humillaciones, vapuleo y vejaciones nos dan permiso de ser ese país descompuesto que sabemos somos? La respuesta es clara: NO.

Citaré dos países, los cuales tras concluir la Segunda Guerra Mundial quedaron más que derrotados: Alemania y Japón.

Está por demás mencionar las condiciones que guardaron ambas naciones tras ser los dos grandes perdedores de dicha guerra. Alemania incluso dividida y Japón con ciudades devastadas por bombas atómicas. Países que arrancaron prácticamente de ceros y que hoy en, relativamente, poco tiempo de aquella debacle son naciones fuertes, sólidas y pertenecientes al tan lejano (para nosotros) primer mundo. Habló de dos países que supieron usar esos traumas como cimientos para construir naciones ganadoras y poderosas. Países que constantemente recuerdan dicha guerra para mostrar a sus nuevas generaciones la importancia de conocer la historia y usarla para no repetir errores.

Entonces ¿qué está mal en México? Creo que la respuesta es sencilla. Ni gobierno, ni gobernados tienen la mínima intención de generar un cambio real. La sociedad mexicana exigiendo tibiamente un cambio sin querer cambiar ella misma y los políticos cómodamente disfrutando de la indiferencia poblacional, la cual le permite seguir enriqueciéndose a manos llenas.

¿Hay esperanza de cambiar? Quiero y necesito creer que sí. Leer a mis queridos seguidores en twitter me llena de esa esperanza renovadora que me impulsa a ver en un futuro un México grande y poderoso, un México de progreso en todos los sentidos posibles, por ello, como en cada entrada, les recuerdo que: todo aquel que tenga el honor de disponer de una pluma, de una tribuna o de una cátedra, tiene la obligación de consultar la salud de la sociedad en que vive.

Suyo afectísimo.

Justo Sierra @DonJustoSierra

3 comentarios:

  1. Educar a la sociedad es una tarea que nadie quiere tomarse en serio. Yo sí, pero de intenciones no se hacen realidades... no sé por dónde empezar, así que me muevo en las redes, promoviendo valores.

    Por cierto, felicidades por el proyecto!!

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  2. Ciertamente esas tragedias fueron un trauma, pero sólo para la gente de aquel entonces. ¿Cómo puede ser un choque emocional algo que no se vivió en carne propia o que no se conoce más que por encimita?

    Más bien estaríamos hablando de una vergüenza colectiva. Sentimos vergüenza de nuestra historia porque no la conocemos más que de reojo. Si no la conocemos tampoco podemos solidarizarnos con ella ni sentirla en carne propia, por lo tanto no se puede hablar de una herida colectiva causada por la historia antigua.

    Sin embargo, creo que sí existe cierta patología nacional, pero no es antigua sino reciente. Cada día y cada muerto más, cada injusticia abre más nuestra herida que nunca sana porque nunca cicatriza en primer lugar. Por ejemplo, yo nací en 1989, un año después del fraude electoral y un año antes del saqueo de la nación por parte de los magnates bancarios (Fobaproa). De 1982 a la actualidad la cantidad de asesinatos ha sido, en promedio, de 69 mil por sexenio.
    ¿Acaso el régimen neoliberal de los últimos 20 años (con sus devaluaciones y pérdida de oportunidades económicas) no iba a afectar negativamente la visión que tenemos de México y fomentar la mediocridad en todos nosotros, sobre todo en quienes nunca conocimos algo mejor? Creo que mientras más conozcamos sobre historia, más estaremos convencidos de que México no se merece esto, ni se merece que seamos mediocres.

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  3. Disfruto muchísimo leerlos, me dá mucho en qué pensar ¡Larga vida a su blog!

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