Clase política…en este ecléctico país le damos este nombre al puñado de emanados de un partido político (en muchos casos) y que ahora ostenta un cargo público o en su defecto una posición dentro del organigrama de la institución en la cual milita.
Muchos empiezan desde abajo: aquellos reclutados por el maestro en la universidad abusando de su idealismo que a lo largo del camino se corrompe debido a que el ideal no da de comer, sin embargo el pertenecer al partido si.
Otros llegan de agrupaciones populares dedicadas a exigir en la calle demandas básicas del grupo social que representa en su mayoría comerciantes, campesinos, vecinos de un asentamiento irregular entre muchos otros. Aquellos son atraídos a los partidos mediante el gancho: “ tu apóyanos y nosotros te apoyamos” y después de probar las delicias del poder se enmiela y se enraízan en la institución.
Otro modo de introducción a la clase política y ya en decadencia en estos últimos sexenios en mediante la “grilla” dentro de los sindicatos los cuales como Usted apreciado lector sabe conformaban la maquinaria política durante los comicios, el “voto duro”, como ya había comentado esta casi extinguido este modo de escalar pero aún hay reductos de poder sindical en las paraestatales tales como PEMEX y la otrora LUZ y FUERZA del Centro y últimamente han demostrado sus últimos coletazos de influencia en el ente político nacional.
La otra manera de pertenecer a la susodicha es haber nacido en ella, este tipo de introducción a la ya nombrada es el mas peligroso, da paso a la oligarquía que explicado y resumido es: atropellos para los otros sujetos que aspiran pertenecer a este selecto grupo mediante prácticas como el nepotismo o el famoso “aviador” o el apadrinazgo que si bien no les une un lazo sanguíneo es un vínculo irrompible en este país, casi siempre es el modo de cerrar una alianza.
En otros tiempos costaba un poco mas acceder a la clase política era mas mediante logros destacado o excepcionales en el campo de batalla o siendo parte de la naciente clase intelectual (ahora ya mermada). Se tenía ex militares con galones otorgados en tiempos turbulentos que si bien nunca pisaron el Heroico Colegio Militar era bien dicho decirle General esto se fue degenerando a ya bien entrado el siglo 20, el grado ficticio se le otorgaba a los cuates como en el caso del Generalísimo “Negro” Durazo muy amigo del Presidente en turno.
Al político antes se le respetaba dado que emanaba de la localidad, el Doctor, el Abogado, el General ya habían hecho dentro de su profesión un bien a la población y esta lo veía como un ejemplo, alguien digno a ser gobernante. Ahora se habla de “carrera política” que para mi entender es nunca haber probado la dicha de ser un ciudadano a pie es siempre haber tenido la dicha de tener un sueldo o gratificación expedida gracias al erario público goce de un cargo público o armando un templete para el candidato haciendo pininos para un puesto si este llega vencedor en las elecciones.
Ahora el que pertenece a la clase política trae consigo un bote de alcohol en gel para después de dar tantas manos en el templete muy difícil lo veremos comiendo un taco de arroz con huevo, mas bien lo suyo es salir con su familia en una revista de contenido “socialite”o llevando al meeting uno de los hijos con zapatos deportivos de diseñador. Esto aparte de ser una afrenta al electorado es un indicador para muchos que la clase política mexicana ha llegado a un estado de confort, a un punto tope el mismo al cual llegaron los romanos cuando se veía rodeada la metrópoli con innumerables hordas bárbaras.
Las corruptelas y ultrajes al gobernado ha llegado a escalas calculables al salir a la calle y escuchar el descontento generalizado uno se da cuenta: ya no mas políticos, ya no mas vividores, ya no mas…
Agradezco la invitación de Don Beni a participar en este estimado y culto blog.
Por Heclops.
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