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Somos un grupo de personas, (dando voz a un selecto grupo) los cuales inspirados en los personajes más grandes de nuestra historia, vamos a externar opiniones de este presente que duele, pero que estamos seguros puede mejorar. El objetivo general lo dice el nombre de nuestro blog: CONSPIRAR. Pero será una conspiración del siglo XXI, una conspiración que no se geste en la oscuridad ni bajo el secreto necesario. Lejos de mantener nuestro trabajo oculto, estará visible ante todo el mundo, al alcance de un clic. Daremos un sentido positivo a nuestra conspiración, porque esa es la única manera de poder cambiar; proponer y no sólo quejarse. De ese objetivo general se irán desprendiendo varios objetivos específicos, entre los cuales el hilo conductor será un vigoroso amor a la historia.

viernes, 2 de marzo de 2012

Manifiesto contra la historia

A menudo, discutir de historia con los colegas, me parece el acto más inapetente, aburrido y tedioso en que se puede caer. Lo evito en medida de lo posible, pero muchas veces cuando tengo insomnio y no cuento con somníferos a mano, llamo por teléfono a un colega y comento alguna barbaridad que provoque directamente un altercado histórico. Este jueves así lo hice, llamé a un amigo positivista y defensor inamovible de la ciencia como historia, acto seguido le dije que la historia parece más una ideología y que las leyes inmutables de las ciencias duras son completamente inaplicables al método analítico de la historia. Enseguida el tipo me increpó con argumentos, autores, libros, citas cuerdas y hasta conclusiones propias. Al final de casi una hora de monólogo, acepté que tal vez tenía razón, le dije que pensaría bien mi argumento y colgué, pues el sueño me había dominado.

Inútil insistir cuando se habla de historiadores. Se piensa que por tratarse de un grupo ilustrado, poseen el conocimiento tras una caja mágica y sus diálogos eruditos no son para la gente común. Nada más falso. He visto aprendices de historiador  discutir cosas muy absurdas como el vestuario de Napoleón en cierta época. Que si el cura Hidalgo era jugador, que si Pancho Villa tenía o no dos viejas a la orilla. Me he visto tentado a decirle a mis colegas que en la Edad Media ya no va a pasar nada. Mis enemigos me tachan de simplista, tienen toda la razón. Es posible que sea más importante el color de la motocicleta de Ernesto Ché Guevara, que la capacidad suya de orquestar un movimiento social armado en pro de la liberación de un país.

Yo no puedo con los eruditos, me parecen de otra galaxia. De lejos los miro discernir sobre la política de la dialéctica crítica, como miraría un niño la ópera de Carmina Burana. En cambio Benedetto Crocce parece darme la razón cuando dice que la historia es "el acto de comprender y entender inducido por lo requerimentos de la vida práctica". ¿Para qué tanto materialismo? ¿para qué la dialéctica si en mi colonia el precio de la tortilla sigue aumentando? La historia surge como un concepto en nuestras vidas, luego la vida se vuelve un concepto y la historia resultó ser nuestra vida. La respuesta la tiene la historia pero en las aulas sólo se escriben libros. Hay que buscar en la historia como se busca el orgasmo, no como se busca una dirección.
De qué sirven veinte cuartillas de marco teórico y conceptual, diez de tesis y dos de conclusiones. Media página de citas y un párrafo de texto propio. Buenos pa' escribir, malos pa' lo bueno. A veces creo que ese gremio engreído se ha vendido a los extraterrestres y por eso los terrícolas no entendemos nada de lo que dicen. Escriben libros para hsitoriadores que un día crecerán y formarán historiadores que escribirán libros para historiadores que un día crecerán y escribirán... [Ad infinitum]

En fin, estos temas seguirán fomentando largas discusiones interminables y es una lástima que la historia provoque más problemas que poemas. Estoy seguro que Herodoto de haber sabido en los líos que nos metería, no hubiera sido el primer historiador sino el primer vendedor de tacos al pastor.
Pero no se piense que esto sólo es un martirio irreparable. He escrito las cosas trágicas de la historia porque otros se han concentrado en escribir lo bueno, yo sólo soy un humilde impostor que escribe este texto como pretexto para no hacer la tesis. Recuerdo que cuando un primo


 [1] El título debería ser “De cómo considero el quehacer histórico dentro del aula por algunos aprendices del oficio desde mi experiencia”. Así pues todo el texto debe escribirse entre unas enormes comillas y con sus grandísimas excepciones pues generalicé demasiado, lo suficiente creo yo



asechaba "Papá explícame qué es la historia", el papá dubitativo se quedaba dormido en el "explícame". Yo no veo bien a la historia pero no se enojen historiadores, lo que necesito son lentes.

México, Tenochtitlan
Marzo de 2011
Adolfo Ramírez
@ColibriZurdo              
http://colibrizurdo.blogspot.com

2 comentarios:

  1. Agradezco bastante a los conspiradores y en especial a @DonBenitoJuarez por este espacio del cual felicito los post de los demás compañeros (snif).

    A.

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  2. MUCHAS GRACIAS por este ensayo, lo disfruté, lo releí, lo paladeé. Me encanto!!

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