Datos personales

Mi foto
Somos un grupo de personas, (dando voz a un selecto grupo) los cuales inspirados en los personajes más grandes de nuestra historia, vamos a externar opiniones de este presente que duele, pero que estamos seguros puede mejorar. El objetivo general lo dice el nombre de nuestro blog: CONSPIRAR. Pero será una conspiración del siglo XXI, una conspiración que no se geste en la oscuridad ni bajo el secreto necesario. Lejos de mantener nuestro trabajo oculto, estará visible ante todo el mundo, al alcance de un clic. Daremos un sentido positivo a nuestra conspiración, porque esa es la única manera de poder cambiar; proponer y no sólo quejarse. De ese objetivo general se irán desprendiendo varios objetivos específicos, entre los cuales el hilo conductor será un vigoroso amor a la historia.

jueves, 19 de enero de 2012

Después de la locura

Hoy 19 de enero de 1927, después de haber pasado 60 años inmersa en un mar de locura y amor eterno, por fin me reúno con mi ángel bien amado el archiduque de Austria y Emperador de los mexicanos, Fernando Maximiliano de Habsburgo a quien fusilaron aquel 19 de junio de 1867 junto a los generales Miramón y Mejía, victima de la traición y abandono de Napoleón III. Pobre Max solo tenía 34 años cuando el telón de su vida se cerró sin recibir ni un solo aplauso.
Sé que aunque eras frio y no me dejabas acercarme a tus habitaciones, siempre pensabas en mí. Lo  sé porque me han comunicado tus últimas palabras, aquellas pronunciadas unos instantes antes de tu muerte, acerca de ese reloj que atesorabas muy cerca de tu corazón, en el que dentro guardabas una pequeña fotografía de tu Carlota:
"Mande este recuerdo a Europa a mi muy querida mujer, si ella vive, y dígale que mis ojos se cierran con su imagen que llevaré al más allá.”
Sé que no hubo día en el que no pensaras en mi, fue por eso que la tristeza de saberte lejos fue cambiando de a poco mi perspectiva de la realidad, sumergiéndome en una realidad alterna en la cual seguías con vida, te conservaba a mi lado. Más apuesto y cariñoso que nunca, incluso llegamos a concebir a nuestra pequeña Carlota Maximiliana, heredera al trono del Imperio Mexicano.
Sin embargo había días tristes, en los que despertaba de ese sueño, me volvía a ver desamparada, sin tu presencia, sin mi México al que goberné con tanto cariño. Ahora me encontraba en Bélgica dentro del castillo de Bouchout, sin hallar una salida que me llevase de nuevo a tu lado.  Así pasaba algún tiempo o una eternidad no lo se con exactitud, hasta que de pronto mi querida muñeca Max que me hacía compañía durante las largas noches me llevaba de regreso a tu lado.
Algunos dicen que mi locura se presentó después de mi visita a aquella herbolaria traidora partidaria de Juárez, a la que recurrí desesperadamente con la esperanza de recibir su ayuda para poder darte el heredero que tanto deseabas. Cuentan que me envenenó  al darme de beber la carne de los dioses, la seta teyhuinti la cual poco a poco me fue sumergiendo en este estado de locura permanente.
Pero ellos se equivocan, el causante de mi locura es ese liberal Benito Juárez, que no apreció lo que hacías por México, ese malagradecido que te apartó de mi lado al cabo de unos cuantos disparos.  Él es el culpable de todo, pues al verte perdido supe que no había más remedio que sumergirme en la locura. Era la  única manera de volver a ver esos ojos verdes que me enamoraban cada vez que me miraban de una forma inexplicable, de la forma en la que me miraste el día de nuestra boda, aquel 27 de julio de 1857.
Hoy le doy gracias a esta pulmonía que como algunos piensan me ha quitado la vida,  de nuevo se equivocan, me la ha regresado. Esta enfermedad me ha permitido rencontrarme con los seres que amo, con mi padre, el Rey Leopoldo I, mi madre la Reina Luisa María de Francia,  mi abuela  María Amalia de Borbón-Dos Sicilias que no me abandonó ni un solo día mientras estuve con vida.  Pero sobre todo me permite rencontrarme con el amor de mi vida, la razón de mi locura mi Maximiliano.
La muerte me ha devuelto todo lo que perdí en vida y ahora puedo restaurar el imperio, volver a gobernar felizmente a tu lado desde el Castillo de Chapultepec a nuestro muy querido pueblo mexicano.
Alégrense pues, queridos súbditos porque Yo, María Carlota Amelia Agustina Victoria Clementina Leopoldina de Sajonia-Coburgo y Orléans Borbón-Dos Sicilas y Habsburgo-Lorena,  Regente de Anáhuac he vuelto a ocupar mi trono como Emperatriz de México y de América.
 Carlota De Bélgica (@CDeHabsburg)

4 comentarios:

  1. :'( ve Carlota, camina con Max en el Paseo de la Emperatriz, ve feliz y en paz como no se si lo hayas hecho en vida...

    Leíste Noticias del Imperio, verdad?
    Te sigo en Twitter! :D

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias querida, tus comentarios me alientan a seguir escribiendo. Claro que leí Noticias del Imperio, es un gran acercamiento a este personaje. Espero leerte en twitter pronto.

      Eliminar
  2. al final, todas somos un poco Carlota, entre amor y locura, hay una delgada línea que le separa a cada una... excelente post!

    abrazo fuerte

    ResponderEliminar
  3. Muchas gracias por esta entrada
    sería increíble la segunda parte.
    Saludos.

    ResponderEliminar