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Somos un grupo de personas, (dando voz a un selecto grupo) los cuales inspirados en los personajes más grandes de nuestra historia, vamos a externar opiniones de este presente que duele, pero que estamos seguros puede mejorar. El objetivo general lo dice el nombre de nuestro blog: CONSPIRAR. Pero será una conspiración del siglo XXI, una conspiración que no se geste en la oscuridad ni bajo el secreto necesario. Lejos de mantener nuestro trabajo oculto, estará visible ante todo el mundo, al alcance de un clic. Daremos un sentido positivo a nuestra conspiración, porque esa es la única manera de poder cambiar; proponer y no sólo quejarse. De ese objetivo general se irán desprendiendo varios objetivos específicos, entre los cuales el hilo conductor será un vigoroso amor a la historia.

jueves, 26 de enero de 2012

Amor a la Patria, ¿qué salió mal?

Parece tan insólito, y extraño a la vez, que me cueste tanto trabajo hablar de un tema, el cual, se supone es inherente a cada habitante de una nación. Y curiosamente publicarla el día que muchos mexicanos se han vestido de merengue y blaugrana. Me siento como “El niño que no sabía lo que era patria”. Pero bueno, algo podrá aportar este viejo maestro del siglo XIX a las acertadas publicaciones de mis amigos Bertha, Benito y Hernando.

Es triste para un servidor reconocer que el amor a la patria se está muriendo, y si no está muriendo, al menos está bastante herido.

¿En qué baso mi negro, y poco alentador, diagnóstico?

La respuesta es muy sencilla.

Los invito a hacer un recorrido de forma aleatoria por las escuelas de México, y que hagan un sondeo en los estudiantes mexicanos aplicando algunas simples preguntas tales como:

¿Qué es la patria?

¿Qué sienten por su país?

¿Están orgullosos de ser mexicanos?

¿Qué emociones les produce escuchar su Himno Nacional y ver ondear su Bandera?

Las respuestas, créanme, serán muy desalentadoras.

Pero no puedo señalar a estas nuevas generaciones como las culpables. Ellos son sólo consecuencia. Son reflejo de una sociedad que, sin duda alguna, está haciendo algo mal, muy, pero muy mal. En algún punto algo salió al revés.

Los jóvenes mexicanos que se están forjando en este siglo XXI, carecen en su mayoría de una identidad nacional. Ya no saben si son medio yanquis, medio españoles, medio ingleses o de plano hasta puertorriqueños (por la poderosa influencia que está tendiendo el reguetón en ellos). La súper carretera de la información y el acceso a televisión de paga, abre en nuestros niños y jóvenes un mundo que tratan de imitar, que añoran y que envidian.

La globalización no debería ser problema si hubiese una fuerte y clara identidad nacional en ellos. Si existiera un real y tangible Amor a la Patria.

Pero, ¿qué salió mal?

Considero que hoy vemos el reflejo de una sociedad que vive un desencanto generalizado de sus instituciones, de sus políticos, de sus autoridades y de sus conciudadanos.

Los alumnos que hoy cursan la primaria, la secundaria y preparatoria son hijos, de los hijos de la crisis. Son una generación que sólo ha escuchado hablar de pésimas noticias del ámbito nacional. Es cuestión de sentido común, que los muchachos y niños sientan una apatía enorme hacia todo lo que tenga que ver con el Amor a la Patria.
Si a esto le sumamos que, en las escuelas se inculca el Amor a la Patria como una obligación que raya en lo cansino y en lo ilógico. La combinación resultante es aún más catastrófica.

Se les obliga a los niños a que rindan honores, pero pocos maestros se preocupan y ocupan en explicar el sentido de dicha ceremonia. Los estudiantes llegan a la educación superior, y muchos creen que Masiosare es el nombre del extraño enemigo. Se lleva al alumno a punta de piquetes de costilla a formarse cada lunes, se les hace saludar a la Bandera como autómatas y, se les deja al Sol, a manera de castigo, si no cantan bien o si hacen desorden durante el homenaje.

Ante esto, los estudiantes llegan a un punto de maldecir los lunes por ser obligados a hacer Honores a la Bandera. Hay estudiantes que incluso dicen -no- y rechazan ser parte de la escolta o la banda de guerra, pues no le encuentran sentido alguno.

Siempre he sostenido que en las escuelas se debe fomentar el Amor a la Patria, pero el amor no se inculca así, a la fuerza. El Amor a la Patria, como todo amor, debe nacer solo. No puedes enseñar amor a golpes, a punta de castigos.
Los maestros dentro y fuera del aula son el vehículo que tiene el Estado para que los niños adquieran el Amor a la Patria, eso es innegable.

Hoy día nuestros niños, nuestros jóvenes, están creciendo con una idea nula del Amor a la Patria. No importa hacia donde volteen, son pocas las cosas rescatables de donde ellos puedan aprender y abrazar el Amor a la Patria.

Pero ¿está el Amor a la Patria perdido en México? La respuesta es no.

Cada uno de ustedes, queridos lectores, tiene una trinchera desde la cual poseen la oportunidad de difundir el Amor a la Patria. No importa a qué te dediques, en tus manos está cambiar el concepto que nuestros niños están adquiriendo. ¿Cómo? Muy fácil. Cumple tu parte como ciudadano de este país. Respeta el derecho ajeno. Olvida esa maldita frase que dice “en México el que no transa no avanza” y conduce tu vida de manera honesta. Estudia la historia nacional. Asume las consecuencias de tus actos y deja de culpar a medio mundo de tus calamidades históricas. No te avergüences de tus orígenes. No copies la cultura extranjera, nuestro país tiene una riqueza cultural para dar y regalar. Siéntete orgulloso de tu color de piel, de tus rasgos mestizos. Deja a un lado ese racismo social y la intolerancia que tanto nos dañan como sociedad. En fin, hay tantas formas de expresar el Amor a la Patria, que en la medida que lo hagas tus hijos, sobrinos, hermanitos o vecinitos empezarán a imitarte sin necesidad alguna de aplicar castigos.

Amigos, es momento de volver a mi sitio y esperarlos en mi próxima entrada dentro de este loable espacio. Y, recuerden que… todo aquel que tenga el honor de disponer de una pluma, de una tribuna o de una cátedra, tiene la obligación de consultar la salud de la sociedad en que vive.




@DonJustoSierra

6 comentarios:

  1. Tiene usted mucha razón.. cuando iba en la primaria me encantaba cantar el himno y saludar a mi bandera, me emocionaba mucho. pero conforme fue pasando el tiempo me di cuenta de que las personas mayores que me rodeaban no lo hacían por vergüenza o flojera y eso fue acabando poco a poco con mi entusiasmo. queda de nosotros rescatar el amor a la patria. muchas gracias por su blog. :)

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  2. tiene usted mucha razón. cuando iba en la primaria me encantaba cantar el himno a todo pulmón y saludar a mi bandera. me emocionaba mucho. pero conforme fue pasando el tiempo me di cuenta de que mis mayores no lo hacían o si lo hacían eran apáticos y desganados, eso a la larga me fue desanimando, hasta que como usted lo menciona, me parecía un castigo estar ahí en el sol cantando al aire. queda de nosotros rescatar el amor a nuestra hermosa patria. gracias por su blog. :)

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  3. Don Justo Sierra: Es verdad y estoy de acuerdo con usted.
    Yo siempre hé pensado que la educación es la base de todo, pero había olvidado éste detalle (gran detalle) inculando el amor a la patria, a mi México que tanto quiero chingao, es como podemos mejorarlo; nunca vamos a mejorar y respetar algo que no queremos. Gracias por el blog y arriba México con todo y todo.

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  4. Todo muy cierto y sobre todo el último párrafo, para que nuestros hijos se sientan orgullosos de su país tenemos que cambiar todos, desde los cimientos. Tenemos que volver a sentirse enchinar nuestra piel escuchando La Suave Patria, tenemos que volver a creer en ella, en todos nosotros. Somos un pueblo con una gran historia, hemos tenido personajes como usted que merecen que México renazca. Me siento triste de estar viviendo el México de ahora y tenemos que empezar ya a retomarlo

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  5. Satanindstry En parte estoy de acuerdo con el amor a la patria, pero ¿que es la patria? un lugar, un himno nacional, una identidad ¿qué es? y esta pregunta va unida a ¿quienes somos? , La respuesta aunque compleja es enriquecedora, basta con conocer los lugares, la gente, las tradiciones de este hermoso país para enamorarse. La basta comida, la diversas expresiones artísticas, las artesanias, separar nuestra patria, de nuestro gobierno, para empezar poco a poco a amarla. gracias.

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  6. Martha Haydeé Márquez Hernández11 de abril de 2012, 22:40

    Esta entrada es una de las que más me ha gustado pues concuerdo con la opinión dada pues debemos cosechar en nuestros niños y jóvenes el amor a la patria que sólo se logra con una educación que de un verdadero sentido de pertenencia a nuestro bello país, sólo asó lograremos preservar nuestras hermosas costumbres y tradiciones y dejaremos de copiar las costumbres y tradiciones extranjeras. La solución a muchos problemas sería que los ciudadanos tengan un verdadero amor a la patria y lo demuestren cada día en su vida cotidiana actuando de manera responsable y buscando el bien común, es decir, de todo el país.

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